En marcha

Retomamos la ruta en el lugar donde la dejamos hace un par de años. Entonces la llegada del mal tiempo nos cortó los planes, ahora sin embargo,  el nuevo enemigo es una ola de calor.
Para hacer frente a lo que nos pueda deparar el camino contamos con un gregario de lujo, nuestro sobrino Iñaki. En pelotón de a tres, abandonamos el acogedor albergue de Salamanca.

La primera jornada transcurre por terreno suave y monótono hasta la llegada a Zamora.



En Granja de Moreruela debemos elegir camino, abandonamos la Vía de la Plata y nos dirigimos a Santiago por el camino Sanabrés.


Poco a poco el paisaje y la vegetación empiezan a tornarse más verde y el camino cada vez más "quebrado".

Entrando en tierras gallegas

Un brusco descenso de temperaturas toma el relevo a la ola de calor y nos obliga a tirar del fondo de armario a la salida de Puebla de Sanabria.


Inmersos ya en tierras galegas el "camino" se muestra más sinuoso y en ocasiones nos obliga a empujar la bicicleta.

 
Centenarias aldeas, que contrastan con los modernos y confortables albergues que ha construido la Xunta. 

 
Camino de Ourense nos agarra el primer y único chaparrón de la ruta, por lo que abandonamos momentáneamente el camino y rodamos por asfalto.
Por suerte, en nuestra variante pasamos por Baños de Molgas y la localidad nos regala una poza a 40 graditos donde desentumecer los pies. 
 
Al final de la jornada arribamos en Ourense.

Últimas pedaladas

La espesa niebla con la que nos despide la ciudad no nos impide ver el duro terreno que tenemos por delante. A las empinadas cuestas para salir de la cuenca del Miño, se suma un empedrado que ya lo quisieran en la París-Roubaix.

 

Llega el primer pinchazo.

Rodamos por hermosos bosques de robles...
...pero en los últimos tiempos Galicia es famosa por sus incendios forestales y sus consecuencias las podemos comprobar.
Dicen que en Cea elaboran el mejor pan del mundo y nuestro paso por la localidad coincide con la fiesta del pan. Aprovechamos para abastecernos de este producto y de algo más consistente para meterle dentro.
Al principio, albergábamos ciertas dudas de cómo aguantaría Iñaki (13 primaveras) los exigentes desniveles que mostraba la ruta. Con el paso de los días, se convertiría en el líder indiscutible de la ruta.



Y tras una semanita de ruta...    Santiago de Compostela